Velas votivas

Atención al final de la vida en la Biblia

El siguiente artículo se publicó originalmente en 70 Faces Media y como parte de una serie respaldada por MJHS Health System, 70/Faces Media y UJA-Federation of New York para concienciar y facilitar las conversaciones sobre la atención al final de la vida en el contexto del judaísmo.

Lo que podemos aprender de los últimos momentos de Jacob, Sara y Moisés.

POR LA RABINA ALISSA THOMAS-NEWBORN

La Torá se llama Etz Chayim, un árbol de la vida, porque contiene los valores, la ética y las leyes bajo los cuales deben vivir los judíos. Y cómo morimos también forma parte de cómo vivimos. Por eso, cuando enfrentamos la muerte, nuestros ancestros bíblicos pueden ser los ejemplos de cómo abordamos el final de la vida. A continuación, se presentan algunos ejemplos clave de la Torá y lo que nos enseñan sobre la muerte.

Jacob

¿Existe lo que se llama una buena muerte? En la actualidad, gran parte de la investigación en torno a esta pregunta dice que sí y plantea lo siguiente:

  • Muerte en el hogar o en el lugar que uno elija
  • Muerte rodeado de los seres queridos o de quienes uno desee
  • Muerte con cierre en todas las relaciones

Las organizaciones que brindan atención de hospicio, los equipos de cuidados paliativos y los familiares de los moribundos descubrieron que estos aspectos pueden aliviar la ansiedad y el dolor y traer paz al final de la vida.

En la Torá, Jacob tiene una buena muerte famosa. No solo sabe que su muerte es inminente, sino que tiene la claridad mental de llamar a cada uno de sus hijos a su lecho para bendecirlos y darles consejos para la vida después de su muerte. (Génesis 47:28) Reprende a los que lo necesitan y cuenta la historia de su propia vida. Jacob incluso les dice a sus hijos dónde enterrarlo: junto a sus ancestros. En palabras actuales, da el ejemplo para el análisis de vida y la obra de legado, además proporciona un testamento ético, todo lo que los profesionales de la salud, los terapeutas y el clero suelen fomentar. Jacob no consigue la vida que quería, como le dice al faraón: “Pocos y malos han sido los días de los años de mi vida”. (Génesis 47:9) Pero obtiene la muerte que deseaba. Resuelve los asuntos pendientes y se asegura de que todas las personas con las que debe hablar lo escuchen. Todo esto lo hace en la comodidad de su hogar.

Desde luego, el tipo de muerte que tiene Jacob no siempre es posible. Algunas muertes son inesperadas e imprevistas. Algunas muertes suceden en el hospital porque es el único lugar donde la persona puede recibir la atención que necesita. A veces, una persona moribunda ya no es consciente de sus deseos ni tiene la capacidad cognitiva de expresarlos. Al no saber cómo será nuestra propia muerte, es importante prepararse para ese suceso lo antes posible, incluso antes de padecer una enfermedad. A cualquier edad, podemos expresarle a un ser querido a quién queremos a nuestro lado o qué medidas médicas queremos que se tomen o cómo queremos que nos recuerden. Estas conversaciones son incómodas, pero también son la máxima expresión de amor.

Hallamos sabiduría para todos nosotros en la muerte de Jacob. Existe incluso una famosa enseñanza (Rashi en Génesis 49:33) que dice que Jacob no murió realmente. La lección dice lo siguiente: cuando dejamos instrucciones, un legado y bendiciones, nunca morimos de verdad.

Sara

¿Puede una persona morir de un corazón roto? En la Torá, Sara es prueba de ello.

Después de luchar por tener hijos, Sara finalmente da a luz a su amado hijo, Isaac. Un día, Dios le ordena al esposo de Sara, Abraham, que sacrifique a su querido hijo como prueba de fe. Cuando Sara se entera de que su hijo estaba siendo preparado para el sacrificio, “su alma salió de ella y murió” (Rashi en Génesis 23:2), aunque, en definitiva, no sobrevendría sobre Isaac daño ni muerte. La porción de la Torá que relata la muerte de Sara se llama “Chayei Sara”, o “La vida de Sara”, y hace hincapié en que la forma en que murió revela mucho sobre cómo vivió y cómo será recordada.

¿Qué podemos aprender de la muerte de Sara? Kalonymus Kalmish Shapira, un rabino polaco del siglo XX conocido como el Aish Kodesh en el gueto de Varsovia, nos dice que la muerte de Sara es una oración a Dios y una súplica para pedir que una persona no sufra dolor y angustia interminables. Si Sara, una de las personas más virtuosas, generosas y fieles de nuestra tradición, no pudo soportar ese dolor, nadie puede ni debe hacerlo. La historia de su muerte es una oración a Dios para que intervenga y nos sostenga, nos consuele y nos salve cuando no podamos seguir adelante.

Cuando nos enfrentamos a un dolor insoportable en nuestras propias vidas, quizá al afrontar nuestra propia enfermedad y muerte o la de un ser querido, podemos pensar en Sara. Podemos imaginarla sentada con nosotros en nuestro dolor, tomándonos de la mano y quizá incluso llorando con nosotros. Cuando no tenemos nada que decir a Dios, Sara es nuestra voz y le exige a Dios que nuestras vidas y muertes sean mejores que las suyas. Aprendamos de su historia y digamos en nuestras oraciones: “¡Dios, ya no puedo más! Por favor, dame la fuerza para superar esto. Que la muerte de Sara no sea en vano. Sana mi corazón roto”.

Moisés

“No te corresponde a ti terminar la obra, mas no eres libre de eximirte de ella”. (Pirkei Avot 2:16)

Con frecuencia, pensamos que debemos hacerlo todo nosotros, que si no lo hacemos, nadie lo hará. Al final de su vida, Moisés, un líder acostumbrado a hacerlo todo, aprende que esta forma de pensar es contraproducente.

Hasta el día de hoy, decimos que nadie será jamás como Moisés en su carácter o en su relación con Dios. Pero incluso Moisés era humano y murió. Si el judaísmo hubiera acabado con Moisés, si la obra se hubiera detenido con él, no estaríamos hoy aquí. Si la Torá solo existiera en la vida de una persona, no sería eterna. Así, en los últimos momentos de su vida, Dios le dice a Moisés que se concentre en delegar su liderazgo a Josué. (Deuteronomio 31:14) Debe aceptar que, en su vida, no podrá entrar en la tierra de Israel; en esta aceptación, Moisés aprende que transmitir la tradición es la mejor manera de mantenerla.

Nuestro trabajo no es terminar la obra, sino ser un eslabón de la cadena. Esta es una lección que a menudo solo aceptamos cuando nos enfrentamos a la muerte y, por ende, a la pérdida de tiempo, oportunidades y sueños. Sin embargo, esta misma y dura revelación es una fuente de esperanza. Queda camino por delante; formamos parte de una historia mayor. No debemos preocuparnos por terminar todo porque tendremos la ayuda de las generaciones futuras. Esta verdad es humilde y liberadora. Nos permite soltar.

Al final de la vida, a veces una persona se siente atada a este mundo, preocupada por los hijos o el cónyuge, incapaz de desprenderse de lo que quiere terminar o cuidar. O quizá un ser querido no se aleje de la cama ni se cuide a sí mismo por miedo a que nadie más se ocupe del paciente. En tales situaciones, es un obsequio sabio y compasivo para nosotros y para nuestros seres queridos dar permiso de soltar y aceptar ayuda.

En este momento de su propia vida, reflexione sobre soltar y aceptar que su trabajo sin terminar lo continuarán otros. Qué se sentiría al decir (a uno mismo al final de la vida o a un ser querido al final de la vida): “No te has eximido de la obra. La llevaste adelante en cada momento de tu vida. Cuidaste de todos y eres amado. Pero no es necesario que la termines, no es necesario que lo hagas todo solo. Tu legado continuará; tu historia seguirá adelante. Te doy permiso de soltar”.

Aunque en la muerte perdemos la vida en este mundo, también ganamos el obsequio del legado, de una historia que es mayor que nosotros mismos. Al delegar su liderazgo, Moisés se aseguró de que nosotros pudiéramos hacer lo mismo.


En MJHS, valoramos tanto a los cuidadores personales como a los profesionales y reconocemos el trabajo fundamental que realizan. Por ello, hemos creado estos recursos en línea para cuidadores para ayudarlo en este momento crucial de su vida.

Si necesita ayuda y apoyo adicionales para el cuidado de su ser querido, no dude en comunicarse con MJHS. Podemos recomendarle otras opciones de atención disponibles a través de uno de nuestros programas.

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